HACIA LA TRANSFORMACIÓN DEL APRENDIZAJE EN EL
GRADO DE TRANSICIÓN
Dada la necesidad de articular el grado de transición con la básica primaria, es de vital importancia
reconocer que los niños y niñas de este nivel tienen todas las potencialidades para desarrollar y
adquirir aprendizajes. En esta etapa, en la que prima el juego, la fantasía y la percepción del
mundo, los sujetos están ansiosos de entender lo que les sucede, lo que les rodea; conocer lo que
el mundo les presenta día a día, ansiosos de encontrar respuestas que le satisfagan en su mundo
personal.
Los niños y niñas que ingresan al grado de transición son poseedores de unos saberes que han
adquirido en sus relaciones consigo mismo, con las personas que le rodean, con los objetos, en sus
vivencias y situaciones. En estos encuentros, lo que ven, escuchan y viven los desequilibra, les
permite desarrollar nuevos conocimientos, modificar los que tenían y crear expectativas frente a
otros. Lo anterior quiere decir que los niños siempre, desde que nacen, están en disposición de
aprendizaje, y lo logran por sí mismos, pero en especial con la mediación de sus pares y adultos
que le rodean. De aquí la importancia de pensarlos como seres en construcción (como lo estamos
todos durante toda la vida), con preguntas al mundo, con anhelos de conocer y con posibilidades
de formar parte de la sociedad del conocimiento.
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